Las virtudes cardinales como fundamento del despliegue de las competencias blandas en el ámbito laboral

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Date
2020
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Publisher
Universidad Católica San Pablo
Abstract
No es nada nuevo decir que la importancia de las competencias blandas en el trabajo es evidente y que, las también llamadas soft skills, son cada vez más buscadas y valoradas por las empresas. Por el contrario, son lamentablemente muchas las personas que desconocen o ignoran la importancia de las virtudes en el ámbito empresarial, principalmente debido al rol que tienen estas en el desempeño laboral de las personas. La presente investigación parte de la concepción de empresa del IESE, particularmente la de Javier Echevarría, quien la plantea como una comunidad de personas que están llamadas a desarrollar su propio ser, es decir a crecer y desarrollarse como personas. El estudio expone la parte de las virtudes cardinales tomando como principal referencia el trabajo realizado por Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. Por otro lado, en lo que a las competencias laborales se refiere, se recurre a la “teoría de competencias”, iniciada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos en el año 1973. Se analiza después literatura referida al gran tema de la “gestión por competencias”, buscando identificar elementos que permitan relacionar dichas competencias con las virtudes cardinales. El presente trabajo abarca también temas referidos al temperamento, carácter y personalidad; además de incluir el análisis de algunas competencias blandas desde las virtudes cardinales, siendo estas, toma de decisiones, productividad y aprendizaje. Tras haber revisado la información anteriormente mencionada se podrá alcanzar el objetivo del presente trabajo, el cual es básicamente reivindicar a las virtudes cardinales en el ámbito laboral, concluyendo el trabajo que las virtudes cardinales son pues, en efecto, el fundamento del despliegue de las competencias blandas en el ámbito en cuestión. Se determina la relación existente entre las variables implicadas, siendo esta la de orientar las competencias, comportamientos y acciones de la persona y del profesional hacia el bien; y se recalca la importancia de esta relación no solo desde la perspectiva moral, sino también desde la económica o empresarial, hablando puntualmente de los beneficios que esto le genera a las empresas que verdaderamente desarrollan, desde las virtudes cardinales, las competencias de sus trabajadores. Algunos de estos beneficios son un mayor grado de productividad y eficiencia, posibilidad de desarrollar ventajas competitivas sostenibles, mejora en el nivel de competitividad empresarial, adaptabilidad al cambio, entre otros.
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